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Tú quoque Berazategui? Una Ciudad que despierta



I) Todas las curvas importantes de Berazategui están en ascenso. Por supuesto, la del coronavirus con infectados en todas las fábricas del distrito y la de los barrios enteros sin agua. Pero, tan o igual de importante es el crecimiento de la deliberación política entre las masas. Las denuncias recurrentes de zonas liberadas por la policía para bandas narcotraficantes y de delito organizado que derivan en casos de gatillo fácil contra los pibes que se retoban de la policía, los obreros organizando asambleas históricas como en Rigolleau, los docentes preparando la recuperación de su sindicato, los trabajadores del papel paralizando las fábricas ante los brotes de Covid, el crecimiento exponencial y nunca antes visto de organizaciones políticas opositoras al municipio, las luchas en defensa del bosque, los vecinos movilizados contra el robo de tierras públicas para la construcción de barrios privados, las mujeres movilizadas y organizadas en asambleas permanentes, los desocupados agrupados bajo las mismas banderas de lucha... y así hasta el infinito. 

Cuando en el año 2015 los intendentes pejotistas habían sido derrotados en sus bastiones históricos de la mano de la falsa renovación política de Maria Eugenia Vidal, se había intentado hacer creer a los vecinos de Berazategui que los Mussi eran invencibles y que el pueblo estaba con ellos. Mientras todos perdían, ellos ganaban. Pero, debe decirse, se trataba de una lectura apresurada de la realidad porque en aquella elección el mussismo concentró los votos de la polarización política forjada desde los grandes medios y en vez de cómo una nueva victoria del PJ el pueblo berazateguense entendió el octubre de 2015 como la derrota del macrismo y no como la victoria popular de Patricio Mussi. 

Mucha agua ha corrido en el río contaminado desde allí. Aunque opositor en la boleta, Mussi gobernó cuatro años explícitamente con Vidal y se despegó de sus actos de campaña recién cuando cinco mil trabajadores del distrito ocuparon la calle 14 exigiendo su renuncia. La propia Maria Eugenia remarcó varias veces que el niño Patricio era uno de sus intendentes favoritos y en conjunto desarrollaron como nunca antes la especulación inmobiliaria en Berazategui construyendo torres de hasta cuarenta pisos, cercando bosques y humedales para los vecinos de los countries y revivieron un clásico histórico del peronismo en nuestra localidad como lo es la topadora levantando barrios enteros de vecinos que quedaban en la calle o, en el mejor de los casos, se les proponía mudarse a villas miseria de Florencia Varela. En unos pocos años, la concentración de la propiedad de los terrenos de Berazategui pasó a manos de un puñado de "nuevos empresarios" entre los que se cuentan, sobre todo, los comisarios de la policía local encargados de perseguir y reprimir cada una de las luchas populares. La ciudad se saturó así hasta el colapso reventándose caños maestros de agua y estallando transformadores de energía eléctrica de los cuales, hoy, nadie se hace cargo. Los piquetes exigiendo agua y energía eléctrica estallan en todas las esquinas sin excepción, incluso en las de clase media alta. 

II) Por ello el título del presente artículo hace las veces de un llamado explícito a prestar atención a la deliberación que crece entre las clases medias de Berazategui. Tu quoque juventud? fue el título del artículo que en el año 1899 publico La Nación dando inicio a las movilizaciones que culminaron en la formación de la Unión Cívica de Leandro N. Alem que un año después encabezó la insurrección armada titulada por la historia como "Revolución del parque". Alem, inspirado en los movimientos de lucha que colmaban las calles de Europa, pretendía ocupar la Casa Rosada e instalar el voto universal en la Argentina. 

La interpretación historiográfica de este hecho puede quedar para otro momento, pues es claro que no será la misma la visión de los obreros que de los propietarios al respecto. Pero sí nos sirve traerlo a colación para interpretar el mensaje que un grupo de militantes de la UCR Berazategui acaba de hacer público al anunciar que presentarán listas de oposición en las internas de su partido. Dicen: "el radicalismo bonaerense y en especial el de Berazategui necesitan un cambio, distinto aire, nuevas caras; un liderazgo que ponga a nuestra amada UCR otra vez de pie y de cara hacia la sociedad, una UCR que vuelva a estar junto al vecino, junto a las causas sociales, que retome el rumbo y enarbole las banderas de la libertad, la educación el trabajo entre tantas otras". 

Similar señal ha dado el Periódico El Progreso de Berazategui, también de filiación radical, cuando consultó, nada más y nada menos, que a Jorge Altamira en una extensa entrevista en la que se discutieron desde la reforma jubilatoria que el gobierno nacional tiene en agenda hasta la nacionalización de la banca y la industria nacional para hacer frente a la crisis del coronavirus. 

Debemos poner seria atención a estas señales. No sólo la clase obrera se ve afectada por el colapso que atraviesa el distrito, también las clases medias, sobre todo los comerciantes y pequeños productores, ven caer en picada sus negocios, el valor de sus propiedades y la posibilidad de competir con los grandes monopolios financieros. Por caso, los Cattorini se encuentran negociando un subsidio de mil millones de pesos mientras los históricos talleres artesanales de vidrio y plástico cierran en manada. En algún punto, la crisis que gestó la revuelta de 1890 nunca ha sido resuelta en la Argentina porque las condiciones para el desarrollo capitalista de las medianas empresas es nulo a la vez que las clases dirigentes del país han hecho hasta lo imposible por intentar separar a los obreros de las clases medias mediante todo tipo de prejuicios. Pero en cada crisis, este problema vuelve a resurgir. Así, en el año 2001, la clase media porteña hizo las veces de primera línea de los piqueteros de todo el país. 

Los compañeros radicales que realmente pretendan elevar las banderas de la salud y el trabajo deben aprender de las lecciones históricas. De forma constante, sus gobernantes han sido cooptados por el Estado o dirigentes ellos mismos de ajustes y ataques brutales a los obreros. La alianza con Macri de 2015, que aún se sostiene en todas las provincias y también en la Ciudad de la mano de Lousteau, fueron la expresión más aguda de ello. Es imperante, entonces, que los que pretendan revivir los ideales populares de la UCR de 1890 rompan no sólo con las caras dirigentes sino, sobre todo, con su orientación social y se sumen a la lucha por el gobierno del proletariado. 

III) Allí, claro, la cuestión crucial. Cuando hablamos del proletariado nos referimos en primerísimo lugar a los compañeros que están batallando contra el mussismo y sus burócratas sindicales en las fábricas. Hablar del "trabajo" sin una referencia clara a este conflicto es una abstracción. Cualquier reclamo popular hoy debe estar enfocado en apoyar a las nuevas corrientes clasistas que se desarrollan en los talleres y que han tenido su bautismo de fuego en la lucha por conquistar protocolos que permitan que ningún obrero más se contagie en las fábricas. Lo que está en discusión, sin vueltas, es la planificación de la producción opuesta por el vértice a la anarquía con que los hermanos Cattorini han llevado a decenas de obreros de Rigolleau a contagiarse. Debemos decir que si el Evita Pueblo ha colapsado, contrariamente a lo que dice el municipio, no ha sido por la responsabilidad de los vecinos de Berazategui que se han tomado la cuarentena con suma responsabilidad, sino de las patronales y el Estado que nunca detuvieron su show. 

Por antonomasia, la lucha por la planificación de la producción es también la lucha por lugares de trabajo para la gran masa desocupada de Berazategui. Es necesario que los recursos del Estado, en vez de ir a manos de las patronales que lo dedican de lleno a la especulación financiera, se reorienten hacia un plan de contingencia que impulse la construcción de viviendas para acabar con el hacinamiento, principal factor de la falta de agua y los contagios en Berazategui. Los luchadores debemos impulsar y darle confianza a los obreros que están batallando en sus fábricas elevando la mira hacia la planificación conjunta de la economía. Como se ve, la crisis que se desarrolla en Berazategui plantea el problema del poder. 

IV) El problema del poder nos lleva al de la organización y, claro, al de las elecciones. Cuidado, no es que pensemos que los obreros podamos alcanzar el poder mediante el sufragio. Nuestro eje central es la convocatoria a un congreso de obreros de todo Berazategui que hoy puede tener el formato virtual. Allí se debería abrir la deliberación para formar un gran pliego de reivindicaciones populares que iremos a conquistar de conjunto apoyándonos en la movilización popular. Pero, compañeros, como la oposición de la UCR ya lo detectó, en caso de que la crisis política se extienda hasta mediados del año que viene, nos toparemos con el problema electoral. Sin vueltas. Hay que ser claros en este punto y darse una política para abordarlo. 

El mussismo viene en caída libre aunque nunca ha encontrado una oposición consistente porque los capitalistas del distrito lo han sostenido en el poder bajo la égida de sus intereses. Ahora bien, si seguimos detalladamente los pormenores de la crisis política veremos que la misma burguesía local ha comenzado a resquebrajarse. Esto es lo que ha sucedido en todas las crisis sin excepción de la historia Argentina. La autonomía berazateguense está en juego porque la misma se ha sostenido bajo la supervivencia de las grandes empresas que encontraban un ejército descomunal de desocupados para explotar. Mussi no tiene de dónde meter mano para la asistencia social y la obra pública que lo han sostenido en el poder. ¡El municipio está pasando casa por casa a pedir aportes voluntarios para pagar los sueldos!

La caída en picada de la producción ha dado lugar en la última década a los despidos masivos en todos los grandes centros de producción. Rigolleau ha pasado de tener diez mil obreros a funcionar con trescientos por turno. También allí vemos el problema de la especulación financiera porque las patronales revientan hasta sus propias fábricas en búsqueda de bonos del tesoro nacional. Zucamor, histórica papelera de la zona sur, vendió sus acciones a Arcor que despidió en los últimos seis meses a veinte trabajadores con más de dos décadas de antigüedad en las plantas. Ya existe todo un sector de comerciantes que pide la cabeza de Mussi, y eso que el desarrollo del centro comercial ha sido su gran bandera durante años. Los comerciantes se lanzan a la vida política. Probaron con la agitación derechista al iniciarse la cuarentena pero han fracasado. No debemos dudar de que también esos movimientos podrán girar hacia la dirección del proletariado y, como consecuencia, a la izquierda.

Pensar desde la izquierda el problema del poder en términos electorales no sería ninguna novedad reciente en el país si tenemos en mente el caso de Salta. El Partido Obrero derrotó allí al mismísimo PJ salteño enfrentando las mismas políticas de ajuste y persecusión que desarrolla el mussismo. Los obreros, decíamos, saltaron el cerco. Si saltaron el de Urtubey, ¿no van a saltar el de el decadente Mussi?

Lo que sí no debe perderse de vista es que la lucha electoral es sólo un ápice más de la lucha de clases. En definitiva, la experiencia salteña relata que a pesar de contar con la mayoría de los miembros del concejo deliberante, toda la burguesía local se unificó para imposibilitar que el Partido Obrero se haga cargo de la presidencia del concejo municipal a pesar de que le correspondía por ley. La campaña electoral debe estar estrechamente vinculada a la lucha política y física por el poder del proletariado, mostrándole, incluso, la ficción de las elecciones en las que deberán participar. Preparamos la victoria electoral mediante la ocupación de fábricas, la movilización y las asambleas populares. No nos bajamos ni un segundo de la lucha por el congreso obrero.

V) Todas las reivindicaciones populares que recorren Berazategui, sin excepción, son reivindicaciones proletarias. Son los mismos propietarios inmobiliarios los que han cercado el bosque y sedimentado los suelos destruyendo la principal reserva ecológica de la Provincia. La lucha ecológica ha gestado la histórica asamblea de Berazategui, un órgano de masas que tiene entre sus principales voceros a militantes de la tendencia del Partido Obrero.

Son, también, los obreros los que sufren en carne viva la inseguridad que se lleva la vida de sus hijos semanalmente. Los deliverys se han movilizado en masa la última semana exigiendo seguridad. El municipio, cómplice de liberar los barrios, no puede dar una respuesta. También la lucha por más seguridad se transformará en una bandera de lucha obrera.

Son, sin lugar a dudas, las obreras las que más han sufrido el cercenamiento de la vida política que se vive en Berazategui. El gobierno municipal se ha declarado enemigo acérrimo de los derechos de las mujeres persiguiendo a los grandes organizadores populares del distrito, vetando la discusión por el aborto legal y atacando a las compañeras piqueteras que están a la cabeza de los reclamos más elementales de las barriadas. Es urgente una gran campaña política por organizar a todas las mujeres de Berazategui bajo las banderas de las familias obreras que luchan por sus derechos. Debemos recordar que mientras las actrices utilizaban la televisión como medio de agitación contra la violencia de género, en Berazategui se movilizaron más de dos mil mujeres en una jornada histórica que gestó la asamblea popular de mujeres que, con vaivenes, aún funciona. Han surgido de allí grandes dirigentes populares de la juventud. 

VI) Finalmente, Mussi se suma a la política larretista reventando la cuarentena (que nunca existió en las fábricas) también en la vida urbana. Abrirán comercios y se terminarán todos los controles mientras no sabemos cuántos contagiados reales tenemos en el distrito porque no se ha gastado ni un centavo en hisopados. Más que nunca la vida misma de los obreros ha quedado en sus manos. 

Urge la organización popular en todos los rincones. De la lucha contra el Estado que pretenderá contagiarnos bajo la falsa expectativa de la "inmunidad en rebaño" se forjará el hierro que llevará a los obreros a la victoria. 

VII) Que comience el juego. 


Tomás Ridel



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