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Mostrando las entradas de noviembre, 2019

La contrarrevolución en Chile

Los pueblos de América Latina forman parte de un mismo desarrollo histórico. Las clases sociales que habitan sus naciones se hermanan en experiencias y épocas de lucha. Pero no se identifican por un mero imperativo histórico abstracto sino por el contenido político que ha adquirido la dominación capitalista en nuestro continente. Siempre colonias de un imperio con distintas banderas, los países latinos han enfrentado de forma conjunta a sus explotadores e invasores. Los procesos revolucionarios de nuestro continente se encuentran irremediablemente atados unos a otros. El golpe de Estado contra aymaras y bolivianos no se reduce a la lucha por la explotación de los recursos naturales sino que explica el intento del imperialismo y sus grandes burgueses aliados por sostener la dominación capitalista en su etapa de declinación. La caída tendencial de la tasa de ganancia busca ser revertida mediante la reestructuración de las relaciones de producción en todo el continente. Se trata de

La cuestión del partido en Chile

La lucha por la revolución socialista es internacional en su contenido pero nacional en su forma, es decir, la lucha por la revolución internacional presenta particularidades geográficas de acuerdo a las tradiciones de lucha de los pueblos. Estas tradiciones forman parte de la combinación entre las imposiciones sociales de la cultura de las clases dominantes y los esfuerzos permanentes de las clases oprimidas por crearse su propia civilización. De aquí que la lucha por la revolución socialista en la República Argentina debe combinar la tradición futbolística del proletariado, las doctrinas combativas del peronismo y todo un infinito resorte de creaciones de la burguesía nacional por adoctrinar al proletariado. Pero, y este punto es doblemente decisivo a la hora de la victoria, la clase obrera crea, a partir del desarrollo de su conciencia histórica, sus propias organizaciones y partidos. La creación de la tendencia del Partido Obrero de la Argentina no parte del capricho individual

Toque de queda

Publicado en Facebook el 23 de Octubre de 2019, dos días después de que los estudiantes chilenos saltaran los molinetes del subte e inicien la rebelión popular. En los medios se habla del toque de queda con total normalidad, como si fuese la reglamentación de un boliche que a partir de deter minada hora no permite el ingreso. Así, se habla de que en Santiago hay toque de queda desde las veinte horas, en Valparaíso desde las veintiuno o en Concepción desde las diecinueve. El toque de queda es la muestra más clara de la ficción que significa el régimen constitucional del capitalismo. Es una ley, en medio de otras leyes de la constitución que permite abolir todas las leyes constitucionales. Es decir, desde el momento en que el presidente así lo decide la Constitución deja de regir. Hay una ley, digamos, que avala la suspensión de todas las demás leyes democráticas. El 20 de Diciembre de 2001 el gobierno de De La Rúa intentó imponer el estado de sitio en Argentina. La historia mis

La dialéctica del cabildo abierto chileno

Los cabildos abiertos son organismos del doble poder. Léase con atención: del doble poder. La mecánica política de una revolución consta del pasaje del poder de una clase social a otra. Pero nada surge espontaneamente, mucho menos la conciencia de una clase social. En la antigua Grecia, las clases medias de Atenas se enfrentaron con los nobles y terratenientes. Si bien ambas clases pretendían quedarse con el poder para aprovecharse del régimen de esclavitud, la clase de los artesanos defendía una democracia esclavista en vez de un régimen oligárquico. Para tomar y democratizar el poder, las clases medias debieron antes tomar las lanzas y derrotar en la guerra revolucionaria a la nobleza. Una vez victoriosas, convocaron una asamblea constituyente que se transformará en la asamblea gobernante de la pólis ateniense. Pero, y aquí nuestra cuestión, la victoria no surgió de la nada como el Dios Cristiano. Muy al contrario, los artesanos debieron construir primero sus propias asambl

Autonomismo y anarquismo en la rebelión chilena

Traicionados de forma permanente por las grandes organizaciones obreras, las masas populares de Chile han encontrado en el autonomismo una expresión revolucionaria. La misma se basa en el rechazo a la ficción democrática del Estado y se expresa en la monumental abstención a las elecciones ejecutivas y parlamentarias. En 2017, cuando Piñera se transformó en presidente, menos de la mitad de la población asistió a las urnas. En primer lugar, los socialistas apoyamos entusiastamente los esfuerzos del pueblo chileno por enfrentar a un régimen político estructurado a partir de las decisiones de la camarilla militar heredera de Pinochet. Comprendemos que todas sus expresiones de rabia, como se dice en estos días, se justifican sobradamente en tanto sean los explotados quienes carguen en sus hombros el peso de lo que hasta hace unas semanas se presentaba como el “oasis” del capital financiero. La lucha por el acceso a la educación,la salud, la jubilación y la reducción de la jornada labor

La comuna chilena de 1972

Antecedente inmediato de la actual rebelión La teoría de la generación espontanea, ya erradicada en las ciencias biológicas, suele aún ser aplicada a la política. No falta quien considera al argentinazo de 2001 como un acto espontaneo de las masas en vez del desenlace de años de preparación obrera. Sucede lo mismo con la actual rebelión chilena. Pero nada surge de un repollo. Las rebeliones son herederas de las tradiciones de organización de los oprimidos. Mientras Pinochet preparaba el golpe de Estado de 1973, los obreros chilenos traicionados por el Partido Comunista tomaron la defensa de Chile en sus manos. Basados en la representación democrática de delegados por fábrica, los trabajadores del cobre llamaron en Mayo a “establecer lazos de solidaridad y lucha con los pobladores del campo, los obreros y los estudiantes”. Dieron el puntapié a un proceso que se extendía por todo Chile: la formación de los cordones industriales, equivalentes a las coordinadores interfabriles argent

Chile y la asamblea constituyente

Tras cruzar los Andes y vencer a los realistas en Chacabuco, el ejército libertador dirigido por José de San Martín convocó en Junio de 1817 el Cabildo abierto fundador de la historia chilena. En realidad, el Cabildo sólo venía a dar formato oficial a las infinitas logias clandestinas de las clases medias que habían tomado en sus manos los destinos de la Nación. Doscientos años después, la asamblea constituyente deberá oficializar el régimen de cabildos abiertos que se desarrollan a lo ancho de toda la cordillera. La clase obrera andina es sin lugar a dudas la fracción más experimentada en procesos revolucionarios del mundo. Ya en 1858 (!) los obreros del cobre explotados por los resabios del virreinato español y el capital inglés formaron su propio partido y se autodenominaron “los constituyentes”. Exigiendo la redacción de una constitución que avalara derechos para los trabajadores mineros tomaron las armas, ocuparon los cuarteles militares y convocaron una asamblea popular en