Que existan diferencias al interior de un partido no es ninguna novedad ni mucho menos razón para criticarlo. Al contrario, demuestra que es posible convivir mediante la deliberación democrática.
Ahora bien, cuando las caracterizaciones opuestas parten de quienes intentaron expulsar del partido a más de mil militantes bajo la égida de la "homogeneidad", resulta, al menos, llamativo. Cuando las posiciones opuestas deban resolverse en un congreso o comité central, ¿serán expulsados los que queden en minoría?
Para quienes aún leemos sus editoriales de Prensa Obrera nos llama la atención la caracterización opuesta por el vértice que hay entre las notas de Néstor Pitrola y Gabriel Solano. Es verdad que ambos coinciden en la caracterización social: vamos a la mayor crisis económica de la historia Argentina. Pero sus puntos de vista económicos son opuestos.
Desde hace varios meses, acerca de las negociaciones de la deuda externa, Pitrola viene defendiendo que "que la reestructuración iniciará un ciclo de ajustes y de crisis que nos llevarán, por el camino adoptado, al décimo default de la historia argentina, más tarde o más temprano (14/7)". Para Solano, en cambio, "toda la experiencia histórica demuestra que cuando esto ocurre estamos ante el preludio de una devaluación generalizada" y esto porque "la reestructuración de la deuda terminaría en un gran triunfo de los fondos de inversión y en un arrugue completo del gobierno de los Fernández" (11/6).
Para uno Argentina va al default y para el otro, como consecuencia de pagar, a una devaluación generalizada. Obviamente el núcleo de esta oposición se encuentra es que se analiza los acuerdos de Guzmán como si los mismos fuesen un problema de tablas de contaduría y no como decisiones políticos de uno u otro bando. Recordemos que hace unos meses Prensa Obrera defendía que el problema de la deuda externa no era una cuestión ideológica.
Pero no es la oportunidad para los pormenores políticos. Estamos analizando las diferentes posiciones que se escriben en el periódico.
En el plano político, la "victoria de los fondos de inversión", para Solano, tiene como trasfondo que en Argentina se desarrolla una gran "unidad nacional" en la que gobernadores e industriales muestran su apoyo unánime a las decisiones del gobierno. No tiene en cuenta algo que sí pudo observar Pitrola y es que, sólo como ejemplo, "la colorida propuesta de independización de la República de Mendoza de Alfredo Cornejo expresa el desconcierto de la clase capitalista y sus políticos ante la magnitud de la crisis (1/7)". Así, mientras Solano desarrolla que el gobierno tiene el apoyo del PRO en todos los aspectos de su política, sobre todo para Vicentin, "que se estatiza para pagar la deuda" (11/6) para Pitrola "un sector de la burguesía antiexpropiación de Vicentin y anticuarentena se movilizaba en distintos lugares, fogoneada por la derecha".
Recordamos que no estamos tomando posición ni por Solano no por Pitrola sino sólo describiendo sus posturas.
Quien quiera seguir analizando las posturas opuestas no tiene más que leer detenidamente el diario. Quien coincida deberá tener en claro que a posiciones distintas, por axioma, corresponden respuestas distintas. Cuándo haya que decidir si enfrentar a la "unidad nacional" o "la burguesía desintegrada" una de las dos posiciones deberá imponerse.
Como se ve, además de la posición de la oposición de izquierda existen también otras en nuestro partido. Bajo una dirección consecuente todas ellas deberían ser puestas en deliberación.
Que se incorporen a los debates del comité central las posiciones de Jorge Altamira y Marcelo Ramal.
Maximiliano Laplagne
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