Denuncian que el gobierno ha liberado completamente los barrios del distrito y que son permanentemente atacados por bandas de delito organizadas, muchas de las cuales son digitadas directamente por la policía municipal. Como las comisarias son cómplices de la situación y se llevan parte del motín de los robos, hacen silencio de iglesia frente a los reclamos. Varios repartidores precarizados de la cadena Rappi han sufrido ataques con armas de fuego y perdido sus objetos de trabajo.
La movilización significa un paso adelante pues es evidente que el municipio, cómplice de su propia policía, no puede dar ninguna respuesta. Además, al calor del reclamo contra la inseguridad han surgido nuevas luchas como la exigencia a las empresas y al Estado de que se garanticen protocolos adecuados para poder realizar sus trabajos. Las empresas lanzan a los deliverys "a la buena de Dios" y si se niegan a realizar repartos en zonas con brotes de COVID pierden sus puestos de trabajo.
La lucha de los motoqueros se suma a la de los obreros del vidrio, a los papeleros, comerciantes y docentes. Prepara cada día con más fuerza las condiciones para un gran congreso de trabajadores de todo Berazategui.
Tomás Ridel
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