Publicado en Facebook el 28 de julio de 2018. El blog lo cree recién en marzo del 19 y subí el texto.
Unirse a la clase obrera
Unirse a la clase obrera
La lucha por la unión de estudiantes y obreros respeta una tradición histórica del movimiento estudiantil argentino que nació en su alianza junto a los oprimidos. En 1918,el apoyo obrero fue clave para que la pequeña rebelión contra el rectorado de la Universidad de Córdoba empuje a los trabajadores a la huelga general hasta arrancarle la academia al clero. Similar fue la situación en Buenos Aires donde la educación superior laica permitió tiempo antes de la reforma la conformación de centros de estudiantes y de una federación que los agrupara. La FUBA nace a la luz de la lucha que los estudiantes de Medicina dieron por insumos en el hospital de clínicas y que se transformó en un masivo movimiento popular de diez mil estudiantes, docentes y trabajadores de la salud1 en 1906. El 11 de Septiembre de 1908 los centros de estudiantes de Filosofía, Derecho, Medicina e Ingeniería constituyen la Federación Universitaria de Buenos Aires bajo el reclamo de extensión universitaria, es decir, la divulgación de los contenidos académicos a las masas populares. En 1918 estudiantes de la FUBA viajaron a Córdoba en apoyo a la huelga general y decretaron la huelga estudiantil en la UBA. La federación se desarrolló como un órgano de unión entre obreros y estudiantes.
“Ouvriers avec etudiants” fue la campaña de los socialistas de La Sorbona durante el Mayo Francés. El ímpetu de la revolución cultural china había traído a la universidad parisina cientos de obras del marxismo. El ala estudiantil del PC francés declaraba en 1967 “la elemental necesidad de unir las luchas de los estudiantes junto a las del proletariado francés”. La consigna había sido propuesta por el sector “huelguista” del movimiento estudiantil, aquel que también planteaba “la necesidad de preparar - mediante la agitación marxista, como lo indica el Qué Hacer de Lenin, - el camino hacia la huelga general obrera y la dictadura proletaria”. Los estudiantes realizaban actos asambleas, charlas, debates y bailes beats en las puertas de las fábricas junto a obreras y obreros. Incluso un sector radicalizado decidió irse a vivir a los suburbios para organizar a los trabajadores africanos. Mayo del ‘68 fue preparado en esta unión y no en las enormes obras deconstructivas de Derrida, Sartre o Simone de Beavoir. El mismo Lacan fue “sacado a patadas” de la universidad. Los estudiantes luchaban en 1967 contra el posmodernismo. Le oponían al existencialismo la huelga general pero no por ello dejaban de luchar por la liberación sexual y los derechos de las minorías. Antes que la deconstrucción la rebelión francesa exportó a Latinoamérica la lucha por un gobierno obrero y popular. El proletariado argentino luchaba en la Córdoba del ‘69 por la huelga general con el apoyo de la juventud beat. Obreros y estudiantes luchaban en unidad contra Onganía.
En 2001 los porteños vieron en primera plana a la clase obrera revolucionaria argentina. Entre las principales conquistas del movimiento piquetero se encuentra la victoria de la izquierda en la FUBA contra la Franja Morada, famosa por haberse robado planes trabajar. La UJS, juventud del Partido Obrero, jugó en aquel momento un rol fundamental. Prensa Obrera había planteado que contra los pronósticos del propio gobierno las condiciones que le imponía la crisis mundial agudizarían el desempleo en la argentina y llevarían a un plan de guerra del gobierno de la Alianza contra la clase obrera. En el año 2000 el Partido Obrero decía “Fuera de la Rúa” y llamaba a la conformación de asambleas en todos los barrios. Consideraba una tarea elemental la unidad del movimiento de desocupados junto al resto de la clase obrera. La misma campaña realizó la UJS en la Universidad, unir estudiantes y piqueteros. Bajo esa orientación la UJS de la UBA, fuerza absolutamente minoritaria, discutía en el año 2000 que los estudiantes debían estar en las calles apoyando a los piqueteros. En 2001 Franja Morada decidió polarizar la elección de Psicología bajo la consigna “un centro de piqueteros o un centro de estudiantes”. La victoria de los estudiantes piqueteros en Psicología movió el tablero general y colocó a la UJS como una fuerza importante que pasaría a tener un lugar, minoritario aún, en el frente de conducción de la FUBA. La UJS defenderá en los próximos doce años a la Federación de los intentos de todos los gobiernos de cooptar o recuperar la federación para los explotadores.
El movimiento estudiantil fue protagonista en el Argentinazo porque la UJS organizó durante dos años la huelga general junto a los piqueteros. En esta lucha se formaron dirigentes socialistas que unos años después ocuparán lugares parlamentarios para el Frente de Izquierda. La lucha por la huelga general potencia la política electoral de un partido revolucionario al elevar a su vanguardia a ocupar lugares de dirección entre las masas. También refuerza el lugar de la izquierda en la universidad. En Noviembre de 2001 Prensa Obrera celebró la buena elección con el 11% de los votos en Filosofía y Letras afirmando que “la votación del PO adquiere una fuerza especial, debido a que se ha convertido en el principal partido de la facultad. La campaña destacó la necesidad de un Centro que luche por derrotar al gobierno agente del FMI, y retomar el camino de la movilización callejera, las asambleas y la unidad con los trabajadores y los piqueteros”2.
Las características del estudiantado
Durante la Revolución Rusa el movimiento estudiantil no existió como tal dado que la academia era dirigida en su totalidad por el zarismo. Son pocas las caracterizaciones de los bolcheviques sobre las particularidades del movimiento estudiantil. En los textos en los que a ellos se refiere Trotsky intenta dar cuenta de su carácter contradictorio. Sobre el rol de los estudiantes en la guerra civil española Trotsky afirma: “a la burguesía no le caen mal los universitarios en la calle pero ni bien estos se acerquen al proletariado intentará aplastarlos con palos en caso de ser necesario”.
En el estudiantado conviven clases sociales heterogéneas bajo las mismas paredes y consignas. La pequeño burguesía lucha por becas universitarias, rentas de investigación e incluso por el ingreso irrestricto de la clase obrera a la universidad. La contradictoria composición se refleja en el activismo donde conviven dirigentes nacidos de diferentes experiencias: intelectuales, preuniversitarios, piqueteros, obreros y hasta burgueses. En las organizaciones estudiantiles militan en unidad hijos de la clase media porteña e hijos de obreros del Conurbano. Esto genera una incesante lucha de fracciones. Bajo las mismas paredes conviven movimientos, partidos, organizaciones marxistas, leninistas, troskistas, culturalistas, chavistas, peronistas y un sin fín incotable de tedencias. Sólo la lucha política puede llevar a que las luchas reivindicativas del movimiento estudiantil hagan de éste un movimiento de características revolucionarias. La dirección revolucionaria de la juventud debe orientar al movimiento a que se una a la clase obrera en la lucha por el poder político.
Dentro de la izquierda argentina es la UJS la organización que ha militado durante los últimos doce años por la dirección del movimiento. Enfrentó desde su lugar de dirección a todas las tendencias que quisieron llevar a la Federación a la rastra de los diferentes gobiernos. Con la UJS en su dirección la FUBA batalló contra el gobierno municipal y asesino de Ibarra tanto como contra Larreta. Enfrentó la cooptación que el resto de los movimientos sufrieron por parte del Kirchnerismo en sus versiones temprana y tardía. Pero ni la UJS está exenta del componente heterogéneo del estudiantado universitario. Al interior de la juventud revolucionaria las tendencias conservadoras se manifiestan en forma de falta de iniciativa política. Sólo la lucha política consecuente hace que una organización socialista pueda seguir siendo la expresión de ruptura del movimiento estudiantil con la burguesía. Fue la lucha política de la UJS la que permitió que en el año 2008 el movimiento estudiantil se sacara de encima a las direcciones izquierdistas ganadas por la burguesía agraria y evitando también hacerse cristinistas. Fue esa intervención decisiva en el movimiento estudiantil la que permitió dar un salto a la UJS en la Universidad y preparar la masividad de la juventud socialista que apareció en escena en Octubre de 2010 exigiendo justicia por Mariano. En los tiempos de Instagram la juventud revolucionaria debe volcarse a las calles a defender los métodos históricos de la clase obrera argentina.
En la dirección de una juventud revolucionaria resurgirá una y otra vez el debate de si luchamos por la dictadura del proletariado o por reformas accesorias a la educación capitalista. No hay que tener miedo de hablar ni de huelgas ni de proletariado. El marxismo ha calado hondo en un gran sector de la juventud argentina. Las nuevas tecnologías a la vez que distraen a las masas han demostrado infinitas posibilidades de creación intelectual, formas de agitación y divulgación. La FUBA, en plena de crisis de gobierno, debe desarrollar la perspectiva de la huelga general como forma de colocar al estudiantado junto a la clase obrera a la cabeza de la crisis de poder que se puede desatar en la Argentina. La crisis del macrismo presenta a la juventud revolucionaria la posibilidad de agrupar fuerzas y preparar un frente único de clase para derrotar el plan de ajuste del gobierno mediante la huelga general. La liberación espiritual, tecnológica y sexual que atraviesa a la Argentina sólo podrá llegar a su fin mediante un gobierno de trabajadores. Sólo una revolución obrera puede pelear por un lenguaje inclusivo para las mayorías populares.
Las jornadas de Diciembre
Las acciones de masas de diciembre de 2017 modificaron la lucha de clases en la Argentina. Las jornadas mostraron a la vanguardia de la juventud que enfrenta al macrismo rompiendo la tregua de la CGT. Las jornadas forman parte del proceso de ruptura de la juventud con la burguesía. Ese proceso que tuvo una histórica aparición en la crisis de 2001 forma parte de una transición general de la clase obrera que se expresa con mayor claridad en la juventud. Se trata de la ruptura con el peronismo. En Diciembre la juventud pasó por encima a la burocracia sindical y al bloqueo que durante todo el mandato de Macri el kirchnerismo intentó imponerle a las luchas. El 18 de diciembre más que un punto de inflexión es un punto de partida en el cual vio con claridad cómo las ideas que recorrían la universidad hace doce años – unir estudiantes y piqueteros – ahora recorren las calles argentinas. Asistimos a una transición política de características históricas que en 2001 ha colocado a la izquierda a la cabeza de la dirección del movimiento estudiantil. La izquierda ahora debe defender políticamente ese lugar cumpliendo su tarea número uno: organizar a las masas para enfrentar al capital.
Si Montoneros intentaba desviar la lucha por un gobierno obrero, el kirchnerismo cumplía en la juventud una tarea primordial para la burguesía en su reconstrucción tras la crisis del 2001: acabar con la “juventud piquetera” del argentinazo. En relación a la transición histórica, el año 2010 representa el ejemplo más claro de su dialéctica: a la vez que el kirchnerismo intentaba cooptar al movimiento estudiantil poniendo a La Cámpora al servicio de tal objetivo, la juventud piquetera se mostraba masivamente en escena contra el asesinato de Mariano Ferreyra. El kirchnerismo no pudo cumplir del todo su tarea porque la dirección la FUBA batalló durante 12 años por la independencia política de todos los gobiernos capitalistas. En doce años el kirchnerismo no hizo pie en el movimiento estudiantil de la UBA más que en contadas excepciones. El macrismo que le proponía en 2015 a los empresarios “sacar a los zurdos de las fábricas” también llega al gobierno con el objetivo de sacar a los troskos de la universidad. El truchísimo intento de paralizar la FUBA por parte de la derecha cumple una tarea histórica fundametal de la burguesía argentina para derrotar el movimiento popular del argentinazo. En 2006 la iniciativa política de la FUBA derrotó el intento radical de una “FUBA de los estudiantes”.
Pero la presión del nacionalismo burgués igual se hizo sentir mediante la cooptación del sector que se decía a sí mismo “izquierda independiente” y coopresidía la FUBA. La cooptación llegó al punto mayor en el voto de Patria Grande a Scioli en 2015. El mismo año el kirchnerismo pasaba a formar parte de la conducción de un centro de estudiantes a la vez que perdía el país. El sector del movimiento estudiantil cooptado por los K ahora se transformaba en opositor. La UJS afirmaba en aquel momento que se “rompía una barrera de lucha contra el Estado”. La tarea era impulsar a fondo todas las luchas “Anti Macri” demostrando así en la acción la inviabilidad de una dirección kirchnerista en la juventud para ir a fondo en las peleas del movimiento estudiantil. En pocos meses la UJS ingresaba junto a AGD y treinta mil estudiantes a Plaza de Mayo mientras el kirchnerismo se frenaba en Palacio Pizzurno junto a los rectores radicales y peronistas. Para la gesta de esta pueblada estudiantil el CEFyL dirigido por la UJS jugó un rol central ocupando la Facultad, masivizó las clases públicas y hasta ganó lugar en la primera conferencia de prensa de Macri en su mandato. La UJS batalló aquí contra las organizaciones K y filo K de no movilizarse a Plaza de Mayo. Por caso, en filo, hasta el PTS votó con el kirchnerismo en contra de la toma siendo derrotados por una aplastante mayoría de estudiantes. La vanguardia del movimiento rompió en la acción con el kirchnerismo.
En 2017 el kirchnerismo había jugado a abandonar las luchas a la espera de “derrotar a Macri en las urnas”. No participaron de la lucha obrera más grande y políticamente importante del año, AGR Clarín, y se bajaron de las últimas movilizaciones por Santiago Maldonado. Pero CFK fue contundentemente derrotada en octubre. El sector de la juventud que depositaba esperanzas en el proceso electoral hizo una clase rápida de conciencia y apareció unos meses después en escena. En diciembre las movilizaciones populares adoptaron un carácter masivo. El 18 por la tarde la izquierda y el movimiento obrero organizado encabezaron la movilización. Pero en el cacerolazo nocturno la clase media porteña se manifestó junto una enrome cantidad de estudiantes universitarios congregados contra la represión y el robo a los jubilados. A su manera e incluso en horarios distintos el estudiantado se unía a la clase obrera y a los reclamos de su vanguardia. El kirchnerismo jugó en todo el proceso a la retaguardia pero su bloqueo sólo sirvió para disminuir al movimiento y no para hacerlo desaparecer. Un llamado a la huelga de los sindicatos K habría potenciado la masividad de la lucha. Por su parte las columnas de la izquierda, incluso a riesgo de posible represión, desbordaban de militantes.
La transición política de la juventud se expresa en las calles. El 18 de Diciembre pone en jaque el futuro de Cambiemos y pone a la orden del día el problema del jaque mate. Se pone a la orden del día la dirección de la juventud y su unión junto al movimiento obrero. Unir las organizaciones de la juventud, la FUBA y los Centros de Estudiantes al movimiento obrero organizado se transforma en una tarea crucial de la etapa.
Perspectivas
Las recientes medidas económicas y represivas del gobierno dispararán sus propias contradicciones y reforzarán el ataque del gobierno y sus ministros contra la clase obrera. La responsabilidad de una federación estudiantil dirigida por el clasismo se encuentra en la defensa de los trabajadores frente a este ataque. Son los obreros los que pusieron a la izquierda a la dirección de la Federación. La “unidad obrero estudiantil” debe ser una consigna de propaganda y agitación en fábricas, facultades, en las calles y en las redes sociales mediante la más plena creatividad. El acceso del estudiantado a la formación cultural debe ser una palanca para llevar las ideas revolucionarias a toda la Argentina que debe tener a la izquierda como su principal portavoz. Educando políticamente a los trabajadores la juventud revolucionaria se revoluciona a sí misma colocándose a la cabeza de la rebelión popular. La juventud revolucionaria debe comenzar a dar la batalla por la preparación de la huelga general que eche al gobierno y al FMI. Sólo surgirán nuevos puntos de inflexión que coloquen entre las masas el problema del poder si hay una correcta preparación de ello por parte de la vanguardia. En esta pelea la juventud revolucionaria debe jugar un papel protagónico.
La deliberación que desatará la crisis en la juventud obrera necesitarán una dirección acorde a las circunstancias. En caso de que la FUBA no encabece esa dirección, el movimiento buscará otros caminos que le serán hostiles. De hecho, el kirchnerismo milita a la espera de transformarse en el salvavidas de la burguesía en una eventual rebelión popular. Se trata entonces de una responsabilidad frente a las masas. La UJS debe encabezar la lucha para que los trabajadores encuentren en los centros de estudiantes aliados en sus reivindicaciones y la organización de su lucha. Se deben realizar asambleas con trabajadores, comunicados conjuntos, fiestas, eventos culturales, movilizaciones y poner toda la creatividad de la junventud a disposición de unirse a la clase obrera. La FUBA y los centros de estudiantes de la izquierda se tienen que presentar como el canal de acción en el cual se desarrolle esa unidad. Se trata de continuar el camino abierto por la federación que movilizó al Puente Pueyrredón, lucho en el Casino, ocupó Mc Donalds, Famacity y sacudió al país para encarcelar al burócrata peronista José Pedraza.
Ocuparse de los dos frentes
Una campaña por la unidad del movimiento obrero y estudiantil implica una severa actividad en dos frentes a la vez: las facultades y los lugares de trabajo. Todo el problema radica en la capacidad pedagógica para llegar a las masas en uno u otro frente. Las redes sociales y las nuevas tecnologías han potenciado como nunca la capacidad de poder explicarle posiciones pedagógicamente a las masas. Pero en cada lugar, la campaña debe adquirir sus consignas a ser discutidas según a qué estudiantes u obreros estén destinadas. Por caso, los estudiantes de Farmacia pueden organizar farmaceúticos, los estudiantes de Medicina trabajadores de la salud y el Centro de Filo debe ser utilizado para convocar asambleas junto a trabajadores en lucha, charlas, debates y hasta organizar planes de lucha junto a sectores obreros sin dejar jamás de escuchar los reclamos propios del movimiento estudiantil.
Esa fue la base de la juventud universitaria que en el año 2000 modificó su política y se dirigió de lleno a desarrollar la unión de estudiantes y piqueteros al punto de confundirse en un mismo símbolo: la FUBA piquetera. La capacidad de las agrupaciones estudiantiles de ponerse a la cabeza de la lucha contra el plan de guerra de Macri tendrá su necesaria expresión en las elecciones estudiantiles del segundo semestre. En la vereda de enfrente el gobierno aspira a sacarse de encima a la Federación y con ello a toda la herencia viva del Argentinazo. Jugarán fuertes fichas por recuperar Psicología, conociendo su lugar estratégico en la historia, y procurarán defender todos sus centros para frenar al movimiento estudiantil como la burocracia sindical al movimiento obrero. Para enfrentar esto es evidentemente necesario reagrupar fuerzas y batallar por la verdadera unidad que no es otra que la de obreros y estudiantes. La FUBA debe en lo inmediato preparar el no inicio de clases de los docentes universitarios que se dará en un contexto general de luchas que plantearán la perspectiva de la huelga general. Fuera Macri, los gobernadores y el FMI.
Maximiliano Laplagne
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