HUELGA DOCENTE
El "Fuera Macri" como tarea
En noviembre el gobierno de la Provincia de Buenos Aires en consonancia con los gobernadores de todo el país decretaron el no inicio del ciclo lectivo 2019. Sólo así se comprende el falso treinta por ciento de aumento con catorce meses de retraso en el año de mayor inflación de los últimos treinta de la historia argentina. Macri y Vidal han declarado la guerra a la educación pública en su conjunto. Reformas que eliminan contenidos, cierre de cursos, ataques al estatuto docente, reducción a $14 diarios para la merienda de los pibes. El pliego de reivindicaciones es descomunal.
En los distritos dónde la dirección convoca asambleas, se ha votado por unanimidad la huelga de 72 horas para los primero tres días de clase. No hay docente que niegue la necesidad de enfrentar este ataque de características históricas que ya se manifiesta en un retroceso civilizatorio. Por caso, a partir del actual trimestre los docentes de primer año son aconsejados a dejar de enseñar en letra imprenta cursiva para facilitar los contenidos. Lo que parece un dato menor mientras los pibes se desmayan de hambre, es sólo un botón de muestra del estado académico de la educación pública que lleva tres décadas de caída en picada.
2019
Yasky afirmó durante el verano que en un año electoral mejor no hacer paros. No pudo: las bases movilizadas le impusieron la huelga. Ya esto es una diferencia sustancial con el año 2015, el último presidencial, en el que los días totales de paro fueron cero.
En las asambleas el problema más nombrado es el de la “unidad”, cuestión que nos lleva al problema electoral.
Las elecciones implican una doble extorsión para la clase obrera. De un lado se repite un clásico: “su paro es político y sólo tiene intenciones electorales”. Del otro: “la solución a todos los problemas es ganarle a Macri en Octubre”. Ni uno ni otro ofrecen una salida a la crisis general de la educación pública a la vez que presionan a los trabajadores para entregar sus reivindicaciones a la espera de un nuevo ballotage. Que estemos en 2019 no implica que haya 2019 si no es mediante una respuesta histórica de la clase obrera que se despierta en todo el mundo con huelgas y ocupaciones de fábrica.
Aquí vale una cuestión: el empecinamiento de las direcciones alternativas - no así en gran parte de sus bases - en atacar de forma abstracta al “pejota – kirchnerismo”. Se ha llegado al absurdo de proponer una votación por la independencia política de las seccionales, un saludo a la bandera alejado del desarrollo concreto de la lucha. La delimitación política con el kirchnerismo debe colocarse en su debido lugar, como parte de la crítica a la dirección de un sindicato que ya muestra los dientes al negarse a discutir la continuidad del paro en las próximas semanas. Los dirigentes multicolor han priorizado en sus intervenciones un ataque descarado al cristinismo; ataque que solamente devela su intención de disputar los votos “anti Macri” de Octubre.
Se ha hecho público en las asambleas que en un reciente congreso la dirección de Tribuna Docente, fuerza principal de la lista Multicolor, ha atacado con vehemencia a las bases que exigían incluir entre sus consignas el llamado a los trabajadores a echar al gobierno. Es el mismo debate que atraviesa al movimiento popular en su conjunto, pues en definitiva la salida es derrotar de forma contundente al gobierno o apostar al recambio del pejota en Octubre. Es evidente que tres diputados más de izquierda no sacan a los trabajadores de la crisis.
Crisis política
El paro es político, claro Vidal; pero no por ello electoral. Los docentes que a lo largo de décadas hemos defendido con uñas y dientes los derechos laborales y de organización política tenemos el objetivo de transformar la huelga en la punta de ovillo de la la lucha popular contra el gobierno. No sería novedoso seis meses después del acompañamiento de quince mil trabajadores a los docentes de Moreno en una huelga que quedará en los anales de la historia argentina. De la mano de la acción directa debemos discutir la forma de reorganizar la argentina y sacarla de la crisis mediante una asamblea que constituya nuestro propio gobierno de trabajadores. Es evidente que esta tarea va de la mano de echar al gobierno. Nuestras reivindicaciones no pueden estar aisladas de la enorme lucha política que deberemos dar por sacarnos de encima al gobierno del hambre y la miseria. Fuera Macri. Salario igual a la canasta familiar.
De ninguna manera
1 de marzo de 2019
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