Aunque ya han pasado diez días desde la oficialización de las listas a presidente, la campaña electoralpor Ramal presidente es sinceramente tenebrosa, en el sentido de que han puesto la cara para un golpe de marginalidad sin luchar contra ella.
Para quienes somos oposición a la dirección de las dos tendencias del PO, nosotros, que luchamos sin cansarnos por convocar a un nuevo congreso del Partido que reincorpore a todos los despedidos y vote los castigos correspondientes a la camarilla de Gabriel Solano, la campaña por Ramal se nos regala en bandeja. Hay que llamar a votarlo diciendo que con esa orientación vamos (todavía) (quizá) a un retroceso en relación a la elección del 2021 y que de una vez por todas es necesario QUE SE RENUEVA LA DIRECCIÓN DEL PO, de ambas tendencias. La elección ejecutiva puede impulsarte como un boomerang de la misma forma que te puede sacar del tablero.
Parece ser que el golpe de Massa surtió efecto también en la campaña por Marcelo Ramal porque se ha caído en una parálisis, sobre todo, de la crítica abusiva del problema del poder. El programa universitario de Bullrich ya lo está llevando a cabo el Ministro Percycz. En todo caso, los privatistas olfatearán la posibilidad de pujar por un gobernante militarista pero por el momento toda la Secretaría de Políticas Universitarias se ha enroscado detrás del neo proyecto nacional y popular. Las camarillas kirchneristas de los gobernadores manipulan todas las universidades de acuerdo a la minería. Es verdad que el peronismo acaba de ser derrotado en San Juan con un candidato del PRO que agita abiertamente las posiciones privatistas, pero hoy mismo declaró en La Nación que "continuará con lo bueno de Gioja". La CONADU docente no tiene el programa de Bullrich sino de CFK. En la FUBA, en la FUA, en todos lados, los radicales necesitaron abrirle el asiento a los congresos truchos a La Cámpora y compañía; en ese estado, Massa les sabe a canapé.
La crítica al kirchnerismo, otra vez, y como siempre, es la crítica científica de la administración capitalista, de sus contradicciones irresolubles y de cómo en el mismo sistema de producción se injerta la corrupción, el amiguismo, la bona vida, el despilfarro y la entrega de las conquistas. El peso de la inflación es el que sacude la universidad, con una deuda externa indexada y un presupuesto congelado. Pero el problema de la universidad se resuelve en la escuela maternal, en la primaria y en la secundaria. Punto. Pongamos en el banquillo de acusados a quienes hay que poner.
La campaña plantea un triángulo, no una polarización. Un vértice observa a los otros dos con el mismo ojo y tenacidad. El cateto kirchnerista y el cateto opuesto deben ser delineados por una hipotenusa que sigue el ritmo de las olas de la agitación. Pero todo bien con la gris teoría, con la obsecuencia, con el beneplácito y etc. El triángulo se construye en la calle, en las esquinas y se evalúa DÍA a DÍA, de la misma forma que la alimentación de un bebé requiere de un seguimiento científico en sus horarios, grillas y defecaciones. Esto no es dialéctico, es previo, es lógico.
La guerra. Hay que volver. Lo acaba de decir Beatriz Sarlo también en La Nación. Asistimos a una época plena de acontecimientos incluso aunque la posmodernidad haya intentado instalar un signo igual entre las noticias de revista, las obras shciks de arte y la comprensión histórica de la barbarie, de la peste, de la guerra. Abajo la guerra. Asamblea constituyente. Abajo el imperialismo. Dejemos secuelas en la historia de la agitación política del proletariado internacional. Spots con música, ambientación, voz en off. La lucha de clases nos ha regalado desde el 2019 en adelante imágenes sin precedentes, desde Santiago de Chile a Minsessota, desde París a Amsterdam, desde Sri Lanka a Perú. Las huelgas nuestras, los festejos del mundial, las masas en acción. Mostremos.
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