Ir al contenido principal

La cuestión mapuche


Se denomina mapuche – plural sin “ese” - al conjunto de pueblos que habitan Chile y Argentina, comparten una lengua común – el mapudungún – y una misma tradición de desarrollo histórico de hasta diez mil años de antigüedad en el caso de las tribus más añejas.

La comunidad mapuche ha resistido la conquista y devastación española, los infinitos desalojos con armas de guerra del estado chileno, la avanzada militar del gobierno federal de Juan Manuel de Rosas y hasta el intento de genocidio y extinción que la literatura criolla da a conocer como “Conquista al Desierto”. A pesar de todo ello la cultura, la organización social y política de nuestro pueblo hermano pervive hoy con más vigencia que nunca, contando con alrededor de un millón y medio de hablantes de mapudungún ya sea en zonas rurales o urbanas.

La mayor parte de la población mapuche habita hoy día en la ciudad de Santiago de Chile y otra parte menor en Vaparaíso, Galbarino y Temuco. Los historiadores oficiales denominan al proceso de incorporación mapuche a la vida urbana como “aculturación”, es decir, la supuesta asimilación de la cultura indígena a las tradiciones criollas (o winkas en su lengua). En realidad, este proceso expresa simplemente la incorporación masiva de campesinos pobres despojados de sus tierras a la explotación capitalista de las ciudades. No es casualidad que las mayores concentraciones de pobladores mapuches se encuentren hoy en los grandes guetos de Santiago o Valparaíso donde conviven hacinados y en condiciones de vida infrahumanas, siempre expuestos a incendios e inundaciones, vetados ya no sólo de su medicina ancestral sino también del sistema de salud chileno y la educación de calidad. A fuerza de reclamos populares y de tradición histórica los obreros mapuche se han convertido indudablemente en la vanguardia de la revolución chilena que estalló el 18 de Octubre de 2019.

También en Argentina las luchas del pueblo hermano han sacudido nervios vitales de la sociedad. En La Patagonia la comunidad puelche – una de las tribus mapuche que pervive más viva que nunca – batalla por la recuperación de casi cuarenta y un millón de hectáreas que el estado argentino les arrebató a fuerza de metrallas para ser entregadas en bandeja a la oligarquía criolla y extranjera con el fin de sostener la economía política basada en el latifundio y el monopolio de la tierra. Recordemos que nuestro compañero Santiago Maldonado entregó su vida en octubre de 2017 acompañando el reclamo de la comunidad mapuche de Pu Lof en Chubut. Mientras que los gendarmes que lo arrinconaron y lo obligaron a lanzarse al Río Chubut en el que falleció ahogado siguen en libertad y la causa judicial dirigida por la ministra Bullrich se dio por finalizada, el Lonko – dirigente en castellano – Johanes Huala vive bajo la pena de prisión domiciliario en su Ruka – hogar por defenderse de la represión y el incendio de todas las chozas de su comunidad en un ataque digitado explicitamente por el ex presidente Mauricio Macri. En diciembre de 2019, impulsados por la fuerza de la revolución chilena-mapuche, decenas de comunidades se lanzaron a la ocupación de territorios en la Patagonia argentina hoy ocupados por la empresa multinacional Benetton, falsa propietaria de más de cinco millones de hectáreas y cientos de miles de cabezas de ganado bovino para la fabricación de indumentaria de alta costura.

La unidad de las tierras del pueblo mapuche conforman Wallmapu, su “país”. Este se divide a su vez en Puelmapu (la mapu – tierra – del Este) y Gulumapu (la mapu del Oeste). La primera corresponde en grandes trazos a las comunidades hoy ubicadas en La Patagonia y atravesadas por los ríos Cuarto y Salado, mientras que la segunda corresponde a la región de la actualmente denominada Araucanía que se inicia al Sur del Río Bío Bío en la provincia de Concepción de Chile. Durante milenios Wallmapu se rigió por un sistema político homogéneo pero descentralizado, en el cual cada una de las tribus que en ella habitaban elegían a sus representantes políticos mediante asambleas plenamente democráticas que orientaban la producción agrícola y el comercio tribal. Recién con la llegada de los conquistadores españoles a América las tribus mapuche organizaron su primer Futa Trawín, esto es, una asamblea general de toda la comunidad que se transformó en el primer Futa Malón, esto es, la primera insurrección general, en este caso contra los planes de conquista del ejército real aliado a las altas capas de los esclavistas Incas que habían intentado avanzar en Wallmapu durante varios siglos. Siendo casi un caso único en la historia latinoamericana, los guerreros mapuches derrotaron bélicamente a los conquistadores que se vieron obligados a firmar el Tratado de Quillín. En 1641, luego de un Siglo de guerra, el tratado establecía la prohibición a los españoles de ingresar a territorio mapuche e incluso el inicio de transacciones comerciales entre Wallmapu y las colonias. La victoria reunió nuevamente a las comunidades mapuches que declararon la conformación de un proto-estado comunitario que en los próximos trescientos años conquistará un desarrollo político y comercial inédito para cualquier otra comunidad indígena posterior a la conquista.

La sola victoria mapuche en la guerra contra los españoles desmiente varias versiones historiográficas, en primer lugar aquella creada por los manuales escolares españoles según la cual previo a su llegada en nuestro territorio regía el atraso político, social y productivo. El desarrollo de las fuerzas productivas mapuche, siempre por supuesto orientado por sus necesidades y no de las mercado mundial, había alcanzado hacia el año 1300 iguales niveles que varias civilizaciones europeas, desarrollando la ganadería de alta escala (el vocablo kulín hoy significa animal y también dinero), el intercambio de bienes, descubrimientos científicos y matemáticos, el desarrollo de un sistema político democrático y, sobre todo, la explotación de las minas naturales de oro, plata, cobre y estaño para la producción de instrumentos de todo tipo, incluso las armas utilizadas para batallar a los conquistadores. Como afirma Luis Vitale, autor de los cinco tomos de Una Interpretación marxista de la historia de Chile, los españoles no trajeron a Argentina ni Chile ningún tipo de desarrollo productivo, sino que utilizaron sus armas para apropiarse del desarrollo histórico de las comunidades indígenas y orientarlo a la explotación capitalista que abarrotó los bancos europeos de oro. Los mapuche, en cambio, derrotaron a los españoles e ingresaron por su propia cuenta al mercado mundial, llegando hasta a contar con enormes embarcaciones para comerciar con Europa, Asia y el resto de América Latina. Debe ser arrancado de cuajo el mito que antepone la supuesta existencia de la falsa civilización criolla a la falsa barbarie india.

Wallmapu vivió tres siglos de autodeterminación y desarrollo político. Al acelerarse la existencia de una clase social autóctona en Chile y Argentina que luchaba por la independencia política y económica (aquellos que encabezarán las revoluciones de 1810 y 1816) en ningún momento, y en esto se debe ser absolutamente estricto, el pueblo mapuche dudó en posicionarse contra los colonizadores, reyes y virreyes. Por su propia cuenta, sin la solicitud de ningún gobernante, los principales lonkos puelches se hicieron presentes en Buenos Aires en 1806 ofreciendo su apoyo bélico incondicional a las incipientes milicias criollas que derrotarán las invasiones ingleses. Los puelches recubrieron los accesos Sur del Río de La Plata, lugar por el que desembarcaron los invasores en 1807. Por otro lado, diez años más tarde se realizará el cruce de los Andes en el que es mundialmente conocido el discurso de inicio de la expedición realizado por José de San Martín en el cual afirma que “todos somos indios”. Y así era. El ejército libertador estaba compuesto en una enrome parte por habitantes de Wallmapu dispuestos a luchar por la expulsión definitiva de las tropas españolas de Chile. Otra mentira histórica que debe ser extirpada es aquella que opone el sentimiento nacional y patriótico a la cultura indígena. Los mapuche han servido al desarrollo nacional mucho más que toda la oligarquía criolla junta.

Y allí vamos. La oligarquía terrateniente “con olor a bosta” como gustaba llamar Sarmiento a quienes terminarán siendo sus aliados fue la encargada de la mano de obra que paralizó cualquier intento de desarrollo nacional no sólo argentino o chileno sino también mapuche. Una vez pactada la independencia del Río de La Plata y los Andes se inicia un brutal periodo de enfrentamiento entre clases sociales intermedias, comerciantes, artesanos o protoindustriales contra los representantes políticos de los terratenientes criollos y extranjeros. Bajo la égida de la civilización primero contra los “salvajes unitarios” y después contra “la barbarie” tanto en Argentina como en Chile se instala un sistema de explotación terrateniente, nulo de desarrollo productivo más allá de la ganadería o la minería, esto es, recursos naturales agotables y eternamente orientado al comercio internacional dictaminado fundamentalmente por el imperio inglés. Vale decir que la principal materia prima de exportación criolla fue durante años el tasajo, esto es el cuero salado de vaca para el consumo de esclavos de las colonias europeas en el mundo. Quienes se apropiaron luego de la independencia de las tierras de las pampas y el Río de la Plata ocuparán lentamente el mando de la incipiente Nación argentina al servicio de los intereses del imperio británico.

Fue Inglaterra, debe decirse, el financista principal de los ejércitos argentinos y chilenos. El primero fue el encargado de devastar al pueblo guaraní y al estado paraguayo que a fuerza de desarrollo industrial se transformaba en un contrapeso para el monopolio marítimo inglés del Río de la Plata. El ejército chileno, en cambio, avanzó contra el endeudado Perú y en la Guerra del Pacífico cerró la salida boliviana al mar con el objetivo de transformar al puerto de Valparaíso en el único ingreso marítimo comercial de los Andes. Otro trabajo para los ingleses. Finalizadas estas guerras que en realidad no son más que grandes genocidios los gobernantes argentos y araucanos se unificaron en otro objetivo en común: avanzar contra Wallmapu, expropiar las tierras ancestrales del pueblo mapuche y arrasar todo el desarrollo productivo conquistado en un milenio de sociedad indígena en La Patagonia. Otra vez fue el imperio inglés el financista de las denominadas Conquista al Desierto o Reconquista de Araucanía.

La oligarquía aplastó sin piedad a los habitantes de Wallmapu. Los masacró a fuerza de ametralladoras, robó sus tierras y los llevó a vivir en campos de concentración o como esclavos de los empresas forestales europeas. La isla Martín García, famosa por ser el lugar donde ser apresó a Perón en los cuarenta, funcionó a fines del Siglo XIX como un campo de concentración de indígenas provenientes del falso desierto. A las heroicas tribus que batallaron por su supervivencia se las expulsó a tierras lejanas a las de sus ancestros, escasaz de animales para el comercio y no aptas para el cultivo medicinal que tanto había perfeccionado la comunidad. Como contraparte, el Estado argentino repartió cuarenta millones de hectareas entre mil trescientas familias propietarias entre las que se cuentan los nombres más oscuros de nuestra historia como los Martínez de Hoz o los mismos Roca.

Sin embargo las cenizas del ave fénix vuelven a reunirse aunque el viento las haya dispersado. Alejados unos de otros, empobrecidos y destinados a la miseria las tribus sobrevivientes reconstruyeron las comunidades en nuevos territorios y hasta rearmaron ejércitos al punto de que hacia la segunda mitad del Siglo XX la cuestión del pueblo mapuche se transforma en un punto crucial de la política chilena a fuerza de la ocupación masiva de tierras en el Sur. Empieza allí la época de ingreso de la comunidad a la vida parlamentaria de Chile con famosos dirigentes reconocidos y acérrimos enemigos de la histórica dirigencia oligárquica. Tan organizado fue el movimiento mapuche que se transformó en la piedra angular del movimiento revolucionario de los sesenta que conquistará la histórica reforma agraria que expulsó a decenas de terratenientes de Chile dando paso a la propiedad individual de parcelas de tierra para la producción. Sin embargo, y este es un punto que no debe ser dejado de lado, también al interior de la comunidad existen las diferentes clases sociales. La reforma agraria a la que Allende termina de dar forma no devolvió las tierras a las comunidades sino que inicia el periodo de apropiación individual de varios lonkos mapuches. Inicia con ellas el periodo de explotación de los lonkos sobre el resto de la comunidad y la proletarización de grandes masa de mapuches rurales. Los mismos lonkos parlamentarios son los que caídos el gobierno de Allende llamaron a Pinochet “gran Lonko de Chile y Araucanía” pues mientras masacraba a miles de obreros y perseguía a las organizaciones clandestinas que luchaban por la autodeterminación de Wallmapu, el dictador chileno profundizó la privatización pequeño burguesa de la tierra entregándosela a varios dirigentes mapuches traidores a su comunidad. A su vez Pinochet habilitó por primera vez en la historia de su país la deforestación a gran escala que barrió los ancestrales bosques mapuches, salinizó los suelos y obligó a cientos de miles de campesinos a huir de sus tierras para entregar su mano de obra barata en la ciudad. De “Gran Lonko” no tuvo ni un pelo.

Misma política, por su puesto, ha seguido el Estado argentino durante todo el Siglo XX, garante del latifundio y la minería internacional. Aquí debe rechazarse de plano el argumento según el cual las grandes extensiones de propiedad privada de la tierra hayan sido el impulso para transformar a Argentina en aquel falso “granero del mundo”. La función del latifundio no es el cultivo masivo de las millones de hectareas que podrían ser utilizadas para enfrentar el hambre ya no solo de Argentina sino de todo el planeta sino la forma de monopolizar el mercado y vetar la utilización de las mismas tierras a otros productores ya sean individuales o comunitarios. El latifundio, como se sabe, es uno de los principales frenos al desarrollo industrial, comercial y productivo de todo América Latina. La disposición de sus ejércitos para atacar operativos de recuperación de tierras ancestrales iguala en nuestra historia a los gobiernos de Yrigoyen, Perón, Critina Kirchner y Mauricio Macri. Es sabido que hace meses se ha declarado la alerta alimentaria de comunidades wichis en el norte argentino que sólo es respondido con palos, persecusiones y lacrimógenas. Esta semana misma el MOCASE ha denunciado la reciente tortura de varios de sus dirigentes a manos de la policía y matones de la empresa Manaos. Como se ve la verdadera barbarie ha venido de los impulsores de la civilización capitalista.

El pueblo mapuche lucha por su autodeterminación. Exige la devolución de sus tierras y la eliminación del latifundio no para aislarse del mundo sino para ponerlo a disposición del desarrollo productivo, agronómico y medicinal del planeta. Es evidente que se ha agotado la etapa de llevar a cabo este reclamo de forma parlamentario, proceso que ha terminado en la cooptación estatal de los principales dirigentes mapuche de los años setenta y ochenta. La vuelta de la democracia en Chile también fue la aplicación de la ley antiterrorista que persigue como a ninguna otra comunidad a la de nuestros hermanos mapuche. La revolución chilena que estalló en octubre no surge de manera espontanea sino como la acumulación de una vida insoportable de todas las clases sociales oprimidas del país, cuestión que ha planteado sin necesidad de teorizar la unidad de los movimientos indígenas con el de las grandes masas obreras. En tanto oprimidos, el proletariado chileno y mapuche debe rechazar tajantemente la utilización burguesa de sus reclamos llevados al parlamento, que sólo plantean la inclusión en la vida política chilena de algunos miembros de la comunidad. Es eso lo que han pactado la derecha y la Concertación para el período de “discusión constitucional” que ahora ha sido indefinidamente vetado por la crisis del Covid-19. La discusión constituyente no debe frenar el enorme proceso de organización y acción directa que recorre la Araucanía y se ha extendido a La Patagonia. La recuperación física de las tierras será el único medio que avalará su posterior aprobación oficial en lo que tarde o temprano deberá constituirse en la gran asamblea constituyente chilena que inaugure el gobierno proletario chileno en alianza con los habitantes de Wallmapu a quienes se deben devolver sus tierras y garantizar su autodeterminación política, social, económica y cultural, incorporándose a un sistema de planificación social que puje por sacar a Chile, Argentina y Wallmapu del atraso histórico al que lo han sometido los gobiernos dictatoriales y democráticos del capital. Milenios de desarrollo científico indígena serán puestos a disposición del progreso social. Por eso decimos: Wallmapu libre y soberana, nacionalización del latifundio bajo la dirección de la unidad de obreros, campesinos e indígenas de América Latina. Amulepe taiñ weichan. 

Maximiliano Laplagne

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Brote de tuberculosis en Berazategui

Mientras en la campaña electoral se matan por ver quien puso más policías en las calles, la crisis social explota en los barrios del Conurbano. Los que antes tenían un laburo fijo en una fábrica ahora manejan Ubers, barren para la municipalidad o viven de changas. La juventud se ve excluida de su propia ciudad en la que no tiene ningún futuro garantizado. Los alquileres valen lo mismo que en la Capital. El centro de la ciudad fue ocupado por megatorres y expulsó a las familias obreras de sus casas. Varios se fueron a vivir a las villas miseria creadas en el 2001. Después, Mussi pasó la topadora y se llevo las villas a Varela. Hoy, las villas vuelven a aparecer en Berazategui. Ya no son ranchos uno al lado del otro sino casas en las que antes vivían solamente los abuelos y ahora viven también las hijas y los nietos. El hacinamiento deteriora las condiciones de vida de las masas, física y psicologicamente. Muchas personas en un espacio pequeño exacerban la violencia doméstic...

¿Cómo se origino nuestra tendencia?

Hace unos minutos acabo de finalizar de leer un texto extensísimo de Marcelo Ramal que vuelve a cometer, como lo ha   hecho una y otra vez, el vicio de considerar el desarrollo político de la oposición de izquierda del partido obrero más grande de América  Latina como el debate “de aproximadamente dos años” en el que sólo se pusieron en juego definiciones políticas y que, por supuesto, tienen como principal protagonista omnisciente al escritor. El texto de Ramal representa una interpretación de aparatos de la realidad. De otro aparato que no es el de Pitrola y que tiene muchísimos menos alcance mediático, pero aparato al fin. Los debates que según Ramal habrían llevado a la conformación de la tendencia se encuentran todos aislados del plano de la realidad, de la lucha de clases y sobre todo de las gestas populares que recorrieron la Argentina de los últimos tres años y que son la verdadera chispa revolucionaria que luego se expresó en sus partidos y ahora amenaza a los sindi...

Berazategui en terapia intensiva

Improvisación Hace exactamente dos años, a esta altura del invierno, la comisión provincial evaluadora de escuelas técnicas, en aquel momento digitada por el gobierno de Maria Eugenia Vidal, preparaba el proyecto de cierre de las tres escuelas técnicas más grandes de Berazategui, reconocidas nacionalmente por su trayectoria de investigaciones que las llevaron a ganar premios en todo el mundo. En los medios de comunicación el vocero de la nueva disposición era nada menos que el intendente Patricio Mussi quien se refería a una “reforma tecnológica de la educación”. Desde que se conoció el proyecto no pasaron ni dos semanas en gestarse lo que fue reconocido por propios y ajenos como “la movilización popular más grande de la historia de Berazategui”. Mientras en la localidad de Moreno el pueblo entero se levantaba exigiendo justicia por dos trabajadores de la educación muertos por una estufa que estalló sin ser revisada, en Berazategui los gremios docentes encabezaban un nuevo reagrupami...

La asamblea constituyente y la Pólis griega

Las tribus jonias y dorias sobrevivieron gracias a la división social del trabajo y el desarrollo productivo alcanzado con el descubrimiento, entre otras cosas, del hierro y el molino. Su transcurso histórico no se detiene hasta el nacimiento de las pólis e incluso hoy la civilización griega perdura en parte de su territorio. Las ciudades-estados griegas son las primeras en hacer emerger asambleas democráticas regidas por la participación masiva. En la Atenas clásica de Pericles, tenemos fuentes precisas indicándonos que la aprobación de determinadas leyes o decretos requerían de la votación mínima de seis mil integrantes de la asamblea y otras la unaninimidad de cuarenta mil. Vemos que sólo en sus números la democracia griega supera en sus propios términos a la gran mayoría de las democracias parlamentarias que regirán dos milenios más tarde la sociedad burguesa. Todas las clases dominantes de occidente hacen de la democracia griega el ejemplo máximo de civilización a imit...

40 casos positivos en Rigolleau

Así lo confirmó la asamblea de los trabajadores de la fábrica. Además, cien trabajadores fueron aislados como posibles casos sospechosos.  Se suma de esta manera Rigolleau a la ola de infectados que recorre las fábricas de toda la localidad. La semana pasada la federación papelera decidió ir al paro tras confirmarse una decena de contagios en la fábrica de cartón Zucamor. El gobierno de Mussi avaló desde el día cero que todas las fábricas de Berazategui sigan funcionando, sean consideradas esenciales o no. La novedad es que han sido los mismos trabajadores quienes han tomado la posta y convocado la asamblea en la que se exigen protocolos adecuados para el funcionamiento de la fábrica. La asamblea fue convocada contra la dirección del sindicato del vidrio que hizo lo imposible por frenarla. Los obreros paralizaron la producción durante 24 horas. En la asamblea se discutió, además, la exigencia de medidas para hacer frente al atraso laboral y ¡conquistaron un bono de treinta mil peso...