Cualquiera
que tenga dos dedos de frente comprende que la cuarentena es una
medida no sólo necesaria sino vital para evitar la propagación
masiva del virus. También, claro, toma nota de que en las actuales
condiciones sociales la cuarentena planteada de forma abstracta, es
decir, el llamado a todos los vecinos a quedarse en su casa y nada
más, es un imposible.
Es
imposible porque llegamos a esta situación luego de años de
retrocesos sociales. Llegamos con hospitales en pésimas condiciones,
obras sociales fundidas, escuelas que se caen literalmente a pedazos,
hacinamiento masivo en los barrios, miles de familias que se ven
obligadas a vivir de planes sociales o de trabajo informal. En el
caso de Berazategui la situación de vida llega a ser realmente
dramática, varios científicos han informado sobre la escasez de
agua en casi el 60% de la población. Esto ha generado brotes hasta
de enfermadades supuestamente erradicadas como la tuberculosis.
Vale
aquí además recalcar que la cuarentena oficial no es real porque la
producción no ha parado un segundo. Rigolleau, nuestra fábrica más
emblemática, sigue produciendo vidrio ¿No debería girar de forma
urgente su producción hacia insumos necesarios para prevenir el
COVID 19? Lo mismo deberían hacer todo el resto de las fábricas que
no producen alimentos ¿Es necesario, por ejemplo, seguir produciendo
Coca Cola en estos quince días? La responsabilidad de Mussi en este
punto es ineludible. El Estado ha pactado que los empresarios
continúen ganando millones a riesgo de que los obreros se contagien
y luego contagien a toda la población. No es casualidad que el
último fallecido en Berazategui haya sido contagiado por su patrón
que lo obligó a trabajar. Que en paz descanse, compañero.
Si
la curva de contagios crece como adelantan los expertos, Berazategui
sólo ha sumado una centena de camas a su hospital. Absolutamente
nada más. Todo el resto han sido amenazas a quienes salgan de sus
casas en una ciudad que se caracteriza porque cientos de personas
están obligadas a trabajar informalmente luego del cierrre de
cientos de industrias. Pero la medicina, se sabe, no sólo se trata
de curar sino sobre todo de prevenir. En el momento en que debería
decretarse un plan nutricional para elevar las defensas de la
población, surgen decenas de denuncias de que el Estado ha dejado de
entregar alimentos en las escuelas. Alimento, que, recordemos, era
sólo jamón, queso y pan. Alertamos que las bajas defensas de los
pibes se convertirá en una masacre que superará en creces a Italia.
Esto debe ser modificado de forma urgente.
Otro
punto crucial son los precios de la alimentación. Berazategui, que
se había caracterizado por no tener grandes supermercados, ahora
tiene su índice de precios indicados por el Maxi Carrefour, Macro y los grande mayoristas. Almacenes, carnicerías y verdulerias son incapaces de
competir con el gran mercado. Se debe establecer hoy mismo un precio
máximo de todos los productos que debe ser repartido a toda la
población y organizaciones vecinales de trabajadores deben estar
avalados para hacerlos cumplir. Cada barrio debe tener su reunión de
vecinos que revisa el índice de precios. Caso contrario, la falta de
alimentación de calidad propagará el virus de forma acelerada.
Otra cuestión crucial son los trabajadores y el sistema de salud.
Recordemos las decenas de denuncias a la clínica Ranelagh por dejar
morir a los abuelos y evitar así costos que el PAMI desfinanció. La
salud pública no se hace cargo de sus jubilados desde hace años.
Los primeros perjudicados son en este caso los médicos, enfermeros,
auxiliares y todos los trabajadores de la medicina que se encuentran
inmediatamente expuestos al contagio con escasez de máscaras e
insumos profesionales. Si la cuarentena fue tan larga en nuestro país
es justamente para evitar que nuestro destruido sistema sanitario
tenga que enfrentar un brote que puede ser mortal. Como hemos dicho
más arriba, desde hoy mismo toda la industria berazateguense debería
girar a la producción de insumos, camillas, respiradores y todo lo
que los científicos consideren acorde para evitar la propagación
del virus. Esto abriría decenas de fuentes de trabajo para todos
aquellos trabajadores informales que han quedado atrapados en la
pandemia. Se deben por supuesto garantizar todas las medidas para
cuidar la salud de quienes trabajen para la producción.
Finalmente, el hacinamiento, es decir, varias familias viviendo en una misma casa será también letal para nuestra ciudad. Berazategui ha sido copado en los últimos años por grandes edificios aptos para la especulación inmobiliaria mientras miles viven en condiciones inhumanas cercanos a ríos y riachuelos contaminados. Es el caso, por ejemplo, de los barrios más humildes de Marítimo. Se debe lanzar ya mismo un plan de construcción de viviendas acelerado que también dará fuentes de trabajo masivas. Deben ser los mismos vecinos quienes revisen la continuidad del plan de construcciones, que deben tener todas las medidas necesarias para prevenir los contagios.
Remarcamos
finalmente que ninguna de estas medidas han sido tomadas por el
municipio. No existe un plan para evitar la escasez de alimento que
se intensificará en los próximos días. Mussi apunta a evitar
saqueos con policías en las calles, no para que el pueblo no se
contagie sino para salvar a los grandes comerciantes. En mi caso
también considero crucial evitar los saqueos para evitar la
propagación. Pero la experiencia del 2001 y la actual situación en
Chile demuestran que por reprimir con policías los saqueos no se
detendrán. El hambre de los niños sacará fuerzas vitales de las
madres obreras, parteras de las grandes revoluciones de la historia.
Hoy más que nunca es necesario no dejar nuestras vidas en manos de
quienes nos trajeron a la miseria.
Maximiliano
Laplagne
Comentarios
Publicar un comentario