La universidad debe ser caracterizada de conjunto, como un ente concreto que se desarrolla en la vida social. Vive del trabajo y el trabajo estructura su organización. Es una organización, sobre todo, de disciplina. El estudiante avanzado mismo es, de hecho, un factor permanentemente opositor a las tendencias subversivas cooptado a las redes de trama de reparto de cargos entre cátedras y el solo favor de la difusión académica gratuita. El sistema universitario "queda chico" y se vuelve restringido. Un sistema de derechos sociales que se le ofrece a la masa - eso es la universidad. En el proceso de estudio, el educador y el educado sufren los límites sociales para el desarrollo de su ciencia y estalla en forma sucesiva una rebelión de carácter heterogéneo.
El activista revolucionario de la universidad tiene una sola ciencia que estudiar: el ciclo de los procesos de rebelión. Su futuro, su presente y su pasado como organización dependen de cuanto empeño y arte haya predispuesto previamente y durante el momento del estallido. En ese momento, toda la carga histórica del peso social de la universidad vuelve a la primera plana porque se observa de forma concreta como la misma se injerta en la división social del trabajo.
Para el estallido es necesario contar con una palanca de progreso que, en la universidad, hace evolucionar científicamente la crítica social que la rodea. Esta tarea consta de un análisis riguroso de los convenios privados y acuerdos de la universidad con empresas, no por el mero capricho anti mercantil sino porque explica la orientación estancada de la academia. En la carrera de Letras los institutos de la RAE venden seminarios y maestrías mientras el decanato envía comunicados en lenguaje inclusivo. El fenómeno de la penetración privada no es propio de las ciencias naturales, donde sería esperable que las grandes producciones fabriles requieran de mano de obra especializada, sino que gobierna el ámbito de los departamentos de las denominadas humanidades también. Incluso el derecho mismo forja cátedras vinculadas a las camarillas del poder judicial, con denuncias de espionaje secreto e infiltración. La orientación capitalista de la universidad, sin embargo, no la colma de honores sino que la rodea de la lumpenización de la política, el acercamiento a las barras bravas y la destrucción general de la excelencia académica.
Sobre las humanidades, la tendencia entre el periodismo es a considerarlas agotadas mediante la muestra de números de caídas de inscriptos. A mi entender, esto es un hecho sumamente revolucionario y manifiesta la tendencia in crescendo de la juventud a romper con las humanidades académicas. Cuando iniciaba el Siglo XX, en las universidades alemanas, las tendencias románticas dejaron de estar en los departamentos de literatura y viraron fuertemente a las rebeliones de ingenieros entre las que se formó Einstein.
En la Facultad de Ingenieria se ha aprobado un plan de estudios que modifica la orientación de todas las carreras hacia la denominada ingeniería del Siglo XXI. Las camarillas de las carreras informáticas han copado el CBC mediante los cursos de UBA XXI y ahora directamente han impuesto la aprobación obligatoria de pensamiento computacional. Se trata de cátedras que reclutan jóvenes - muy jóvenes - programadores para los desarrolladores de las multinacionales presentes en el país. El convenio de la UBA con Microsoft (firmado en plena pandemia) le exigió a la universidad una formación acelerada en programación.
El peronismo se ha sumido totalmente a la política del rector, desde el sector más kirchnerista recóndito hasta el derechista más profundo. Y lo ha hecho sumido a una política particularmente reaccionaria. Lousteau pactó confianza política con los republicanos durante las presidencia de Trump y Macri. La UBA saludó hace unos meses, sin que nadie se lo pida, a Macrón. El acuerdo de gobierno en la UBA es dirigido por camarillas reaccionarias aliadas a las fuerzas armadas que se reparten terrenos de alto costo en la Ciudad. La UCR pactó con el peronismo un rector de la Facultad de Medicina donde comparten el gobierno peronistas y radicales en una unión que ya ha quebrado la obra social de los estatales porteños. La dirección de la universidad lo hace con un programa de reacción contrarrevolucionaria histórica, lo cual sienta las bases para una respuesta de similar magnitud. La transformación global del régimen de enseñanza universitario es una premisa fundamental de los Estados Unidos. Varios funcionarios y grandes empresarios agitan contra el sistema educativo ruso de forma incesante, que hereda un ingreso masivo a la educación posterior a la revolución soviética. También la reforma del 18, en Argentina, emergió en el contexto del agotamiento del imperialismo europeo en su regimen académico. Sin embargo, las intenciones generales de la transformación educativa deben medirse en los límites correspondientes. En el caso de la UBA la firma de convenios con mineras y unicornios internaciones se lleva a cabo sin una dirección concreta, ni siquiera un plan de progreso capitalista. La principal crisis - inminente - en la universidad es su quiebra. Una caída general de la actividad económica golpeará de lleno los ingresos paralelos del sistema universitario público privatizado. Así como en el Hospital de Clínicas escasean jeringas, en las aulas escasean tizas. El salario docente y no docente se encuentra en sus mínimos históricos.
La diferencia fundamental de la actual crisis universitaria con la de los últimos años es que esta vez encaja de forma matemática con la crisis social, con su tendencia a la disolución y la crisis hiperhinflacionaria. La UCR tuvo más consciencia de este problema que la dirección del Partido Obrero de la Capital en toda su última etapa. Preparó con consciencia clara la recuperación de la federación universitaria y, en alianza con la burocracia que creó el kirchnerismo entre la docencia mediante la cooptación del copamiento de los organismos científicos - CONICET - contuvo tendencias muy profundas que llevaron la crisis universitaria a tomas prolongadas en el tiempo de ministerios. Mediante la anulación de elecciones en todos los claustros las camarillas profesorales admitieron una tendencia explosiva inminente. Mediante su giro "antiliberal" el derechismo pierde toda capacidad de acción entre la universidad.
La crisis educativa, sin embargo, se resuelve más abajo, en la escuela maternal, la primaria y el secundario. Argentina atraviesa una crisis sin precedentes de calidad escolar. Los niveles de analfabetismo crecen y con ellos todo el campo de comprensión social de los procesos históricos. Observado "por etapas" - como se decía en otros tiempos, las elecciones presidenciales del 2023 se injertan en un período ya distinto al del 2019. Argentina ha sufrido el copamiento del salto de camarillas que han gestado un centro monopólico de poder mediante ganancias históricas. Son las camarillas que vienen por la universidad las mismas que eluden las leyes laborales y aplican de facto una reforma general del trabajo.
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