Es sabido que la burocracia stalinista ha deformado todo lo que pudo el desarrollo no sólo material sino también ideológico del proletariado internacional. También lo ha hecho con las teorías políticas y filosóficas más revolucionarias de la burguesía porque, como se sabe, en manos de los oprimidos las teorías adoptan nuevas formas y matices que perjudican la estabilidad del capital. Es el caso, por ejemplo, de la filosofía de la historia y la metafísica hegeliana tan analizada por los comunistas de todos los tiempos. La dialéctica, en tanto superación de la lógica clásica, plantea la existencia de contradicciones al interior de los objetos y de la historia. Es luego el desenvolvimiento subjetivo del pensamiento y de las acciones de los hombres el que resuelve las contradicciones, no para que estas desaparezcan, sino para que se vuelvan a expresar de otra manera distinta, superadora, pero que nuevamente deberá volver a ser superada. El stalinismo repelió hasta dónde pudo la dialéctic...